31 oct 2010

El del pequeño experimento sensorial.

Dicen que los labios se enriquecen con cada boca que besan, que en función del número de veces que hayan mantenido contacto irascible con otros labios, tendrán un tamaño, grosor y textura concretos. Y en verdad dicen tantas pamplinas que uno ya no sabe qué creer. El reloj no se detiene nunca, y no estamos como para fiarnos de lo que dicen sin tener pruebas sensoriales de ello. Experimentales, me refiero. De un tiempo a aquí escucho (incluso) más música (si cabe) que antes. Porque al final, lo único que nos queda son recuerdos hechos canciones, la música es lo último. La recopilo en listas a las que aprecio como si de réquiems se tratase, y que apenas cesan de sonar por todo mi apartamento. Siempre me ha gustado ponerle banda sonora a mi vida, y ahora también a tus labios. No sé si han crecido o engordado, mermado, cambiado. Solo sé que están en su punto justo. Y esas son mis únicas pruebas, las sensaciones.


En el fondo, es un poco SU CULPA.