24 mar 2010

24/03/2010

Para entonces lo único que me quedaba era torcer la vista atrás durante un instante para poder volverle a ver. La puerta estaba a punto de cerrarse, pero la mantuvo entreabierta un segundo más; el tiempo justo para darse cuenta de que mi mirada estaba clavada en la suya. Una vez que escuché e crujir metálico supe que había empezado otra vez esa cosa en mi cabeza a girar sin parar. No tengo la menor idea de cómo serán las cosas a partir de hoy, solo sé que estoy a punto de descubrirlo.